Desde aquí damos las gracias a los compañeros del DB que han mostrado tanta sensibilidad y sintonía con el proyecto, especialmente cuando escriben: "Está pensado también para
subrayar el valor de acercar el producto, garantizando unas buenas
prácticas agrícolas, una ausencia de tratamientos químicos y evitando
las injusticias que se cometen en las zonas de producción cuando éstas
se encuentran lejos: la rentabilidad de la venta en Europa sería
imposible si no es partiendo de agriculturas intensivas, sueldos
bajísimos para los productores o, directamente, prácticas abusivas."
Estas son las líneas que orientan nuestro trabajo, una labor que, como seguimos insistiendo, es de tod@s: quienes cultivan, quienes aportan en trabajo, sugerencias o dinero, quienes son socios del proyecto y consumen, quienes lo dan a conocer y, en definitiva, de todos los que de una manera u otra creemos que se puede vivir de una forma más sencilla, sana, cercana a la tierra y respetando y promoviendo la dignidad en el trabajo.
Como decimos en el titular de esta noticia, ójala surjan muchas más iniciativas que busquen transformar el consumismo en sencillez, el emprendimiento individual en proyectos colectivos, la explotación de la tierra por su sostenibilidad a través de un laboreo consciente.
Mientras tanto, ¡estamos en camino!
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