Se espera que la nueva legislación sobre agricultura ecológica entre en vigor el 1 de enero de 2022 a nivel europeo. El plan de acción europeo sobre producción ecológicase plantea, entre otras acciones:
- organizar periódicamente consultas destinadas a los consumidores para saber si reconocen el logotipo ecológico de la UE;
- conceder más ayuda a los países de la UE para luchar contra el fraude en el sector de los productos ecológicos e impedir el uso indebido del logotipo ecológico;
- incrementar la cooperación con los países no pertenecientes a la UE para intentar aumentar las oportunidades de los importadores y exportadores de alimentos ecológicos en la UE;
- desarrollar un sistema de certificación electrónica para las importaciones;
- fomentar el consumo de productos ecológicos, por ejemplo en los
centros escolares, mediante la contratación pública ecológica de la UE.
La pregunta es cómo afectará esta nueva legislación a los pequeños y medianos productores. ¿Se traducirá en una avalancha de papeleo y gestión? ¿Transformará de raíz los modelos de producción y conservación de la tierra? ¿Propondrá una fórmula ecológica integral desde el origen hasta su comercialización? Y sobre todo... ¿caminará hacia la promoción de la agricultura local, cercana, sostenida por las comunidades y generadora de trabajo en su entorno?
Esperamos, pero no confiamos, dado que la Unión Europea no tiene entre sus prioridades la reducción del consumo y la promoción de una cultura de lo cercano, lo sencillo y lo necesario.
