La gran recogida

 Este fin de semana no hemos parado. Las calabazas estaban ya en su punto y se hacía imperioso recogerlas. Un numeroso grupo de voluntarias y voluntarios fuimos a Rabé desde primera hora de la mañana para irlas recogiendo, una a una. Es un trabajo muy laborioso que no sólo requiere tiempo, ya que sólo escogemos las que estén en perfecto estado, sino también fuerza física, pues ya conocéis el tamaño de nuestras calabazas.... 


Tras varias horas de arduo trabajo físico, las cargamos en la furgoneta y las llevamos a Molinillo.

 


Allí comenzó el siguiente paso: cada calabaza de seca con mimo y se limpia de tierra y barro, para así poderlas guardar y que se conserven en estado óptimo durante todo el invierno. 


 

Una vez tratadas como se merecen, las calabazas nos lo agradecerán con ricas cremas y deliciosas recetas durante todo el invierno.



Por último, y dado que el tiempo nos lo permitía, disfrutamos de una sencilla pero deliciosa comida en al que charlamos, reímos, y terminamos de disfrutar de un trabajo bien hecho. 



En total, unos 4.000 kilos de nada ....


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