Pero.. ¿qué es eso del TTIP?

Se denomina “la zona de libre comercio más grande del planeta”. Comprenderá un mercado de 800 millones de consumidores repartidos en 14 millones de km2. Un territorio que representa la mitad del PIB mundial y un tercio de los intercambios comerciales. Esto es el TTIP (en sus siglas en inglés), el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión, y se está negociando desde hace meses entre la Unión Europea y los Estados Unidos, a espaldas de la ciudadanía.

El TTIP busca desregular los mercados entre la UE y los EEUU y equiparar la legislación a ambos lados del Atlántico. ¿La consecuencia para la alimentación? La desaparición de normativas europeas (o principio de precaución) que protegían hasta el momento la salud de los consumidores y el medio ambiente. Pero los efectos se extienden a la agricultura local y también a las alternativas existentes de venta directa entre productores y consumidores. Los principales beneficiados: las grandes corporaciones agroalimentarias.

El TTIP busca desregular los mercados entre la UE y los EEUU y equiparar la legislación a ambos lados del Atlántico. ¿La consecuencia para la alimentación? La desaparición de normativas europeas (o principio de precaución) que protegían hasta el momento la salud de los consumidor
es y el medio ambiente. Pero los efectos se extienden a la agricultura local y también a las alternativas existentes de venta directa entre productores y consumidores. Los principales beneficiados: las grandes corporaciones agroalimentarias.

¿Qué tipo de comida nos propone el TTIP? 

O dicho de otro manera, ¿a qué tipo de productos americanos se dará vía libre para que entren en Europa, sin tener que demostrar antes su inocuidad (control de peligros asociados a los alimentos)? La asociación ecologista Amigos de la Tierra nos da la clave.

La entrada masiva de alimentos transgénicos. Para quién esté un poco perdido, los transgénicos, son organismos modificados genéticamente (OMG). Es decir, son seres vivos creados artificialmente con una técnica que permite insertar a una planta o a un animal genes de virus, bacterias, vegetales, animales e incluso de humanos. Por ejemplo, se han insertado genes de peces en patatas y en fresas, para trasmitirle la característica de resistencia al frío o genes de bacterias a los vegetales, para hacerles resistentes a ciertos insectos. Y un largo etcétera.

Aunque las 5 grandes agroquímicas que monopolizan este mercado entregan periódicamente informes propios que aseguran que estos productos no son peligrosos para la salud, muchos otros estudios independientes aseguran lo contrario. La recombinación de virus y bacterias puede dar origen a nuevas enfermedades, se transfiere la resistencia a antibióticos, se generan nuevas alergias y existe un mayor nivel de residuos tóxicos en los alimentos.

Si quieres informarte más o participar de la campaña en contra del TTIP, puedes visitar esta página:  http://noalttip.blogspot.com.es/ 



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