¿Qué nos hace felices?
Cuando nos hacemos esta pregunta, resulta que las respuestas son muy
simples: A las personas nos interesa la salud propia y de los seres
queridos, deseamos ser amados y disfrutar de las relaciones y nuestro
entorno.
Por lo tanto, el dinero y los bienes materiales son sólo medios para conseguir lo que nos interesa, no fines en sí mismos. Esto demuestra la contradicción de nuestro actual sistema, basado en la idea de que se puede producir infinitamente, considerando que los recursos son ilimitados, pero nos encontramos con la dura realidad de que nuestro planeta tiene recursos finitos, que se pueden acabar (incluso muchos de ellos ya se han agotado), por lo tanto el planeta es un bien escaso. El modelo de crecimiento eterno simplemente no es sustentable.
Por lo tanto, el dinero y los bienes materiales son sólo medios para conseguir lo que nos interesa, no fines en sí mismos. Esto demuestra la contradicción de nuestro actual sistema, basado en la idea de que se puede producir infinitamente, considerando que los recursos son ilimitados, pero nos encontramos con la dura realidad de que nuestro planeta tiene recursos finitos, que se pueden acabar (incluso muchos de ellos ya se han agotado), por lo tanto el planeta es un bien escaso. El modelo de crecimiento eterno simplemente no es sustentable.
En las sociedades occidentales, hace
bastante que la población con
poder adquisitivo ya logró
satisfacer sus necesidades básicas, por lo tanto, debería haber bajado
su nivel de consumo. Sin embargo, hemos creado una sociedad que requiere que el
consumo aumente cada año para crear nuevas formas para motivar las
compras innecesarias, y para ello existen básicamente tres vías:
* Creación de nuevos mercados: Que consiste básicamente en vender productos o servicios que antes eran gratis, como el agua embotellada, los cuidados interpersonales o los espacios de recreación (el remplazo de la plaza por las grandes superficies).
* Creación de nuevas necesidades: Se refiere básicamente a la invasión publicitaria que provoca que no estemos contentos con nuestro estado actual; por lo tanto, es una industria de crear insatisfacción, ya sea con nuestra apariencia, con nuestra forma de comportarnos o con nuestra forma de ser.
* Obsolescencia programada y percibida: Consiste en convencernos de tirar a la basura bienes que se encuentran perfectamente funcionales o de aceptar que los artículos tengan una duración mínima.
Como respuesta, el decrecimiento no plantea que no
tengamos
objetos materiales, sino que tengamos los que realmente
necesitamos y que obtengamos bienes que duren y que no produzcan un
nivel de contaminación absurdo. Así, se plantea la necesidad de
utilizar energías renovables, de consumir productos elaborados de forma
local, usar vehículos no contaminantes y, básicamente, el concepto
plantea transformar los sistemas macroeconómicos en una economía a
escala humana, donde cada uno de los eslabones de la cadena de
producción tenga en consideración la calidad de vida de las personas y
del planeta que habitamos.
Como
corriente política y económica, el decrecimiento es muy amplio y, por
lo tanto, tiene muchos pensadores con ideas muy diversas entre sí; sin
embargo, el concepto común tiene que ver en todo momento con aumentar
la felicidad de las personas que formamos parte de los sistemas.
Extracto del artículo Vivir mejor con menos: decrecimiento en http://www.decrecimiento.info/2015/10/vivir-mejor-con-menos-decrecimiento.html
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