Consumir en clave de derechos humanos
¿Consumir, para qué? Si formulásemos esta pregunta por la calle, y en distintos lugares del mundo, seguramente las respuestas serían muy variadas, y es que el consumir tiene distintas connotaciones. Habrá quienes ni siquiera se hayan planteado jamás esta cuestión, y quienes darían respuestas tan vagas como «porque sí», «porque todo el mundo lo hace», etc. Tú y yo ¿qué responderíamos? Ahí queda el interrogante.
En primer lugar debemos situarnos. Esta publicación Consumir en clave de derechos humanos va destinadas a personas del Norte o mejor dicho, a personas que tienen cierta facilidad para acceder a determinados bienes de consumo porque si la pregunta del título hubiera sido planteada en países como Haití, Sierra Leona, Etiopía, Camboya, Laos…, habría-mos obtenido respuestas muy distintas a las dadas por las y los consumidores de los llamados países ricos.
Consumir ¿para qué?, para la inmensa mayoría tiene una fácil contestación: para seguir vivos. Según el Programa Mundial de Alimentos, 805 millones de personas en el mundo no se alimentan adecuadamente para llevar una vida saludable y activa. Por tanto, para ellas, lo prioritario es comer cada día. Además, para muchas de estas, y para otras, el acceso al agua potable es una necesidad básica más, que las personas consumidoras del Norte tenemos resuelta. Según la OMS, 748 millones de personas no disponen de agua potable con lo cual, en muchos casos, se ven forzadas a recorrer largas distancias para conseguirla. Esta responsabilidad recae habitualmente en mujeres y niñas lo que supone el abandono de su formación y dejar de asistir a la escuela. Si además se piensa en la pesada carga que tienen que transportar no es extraño que padezcan lesiones de espalda o cuello para toda la vida. Según las mismas fuentes, 1.800 millones de personas en el mundo acceden a aguas contaminadas para uso doméstico, lo que conlleva enfermedades e incluso la muerte.
Y así podríamos seguir describiendo aspectos básicos del consumo o bienes que son fundamentales para poder llevar una vida digna: vivienda, sanidad, educa-ción… Por tanto, centrémonos en el aquí y el ahora, en la situación que nos encontramos y tratemos de responder la pregunta del principio.
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