¿Dónde compramos los alimentos ecológicos?


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Extracto del interesantísimo artículo que puedes encontrar completo aquí escrito por la periodista Marta Gandarillas.
“Ecología” y “sostenibilidad” son palabras que, afortunadamente, empiezan a formar parte de las tendencias de consumo mundiales en la actualidad. Aquí vamos por detrás de nuestros vecinos europeos pero, los que llevan tiempo librando esta batalla, saben bien que lo que hace 30 años en España eran conceptos extraños y curiosos, (como la agricultura ecológica), hoy en día se han convertido en una oportunidad de producción, comercialización y consumo con un altísimo potencial.
El consumidor está cambiando y cada vez presta más atención a lo que come, a su calidad, a saber de dónde viene y quién está detrás, si es una empresa local o una gran multinacional.
Para situarnos un poco, según los últimos datos que presentaron durante BioFach, FiBL (Instituto de Investigación para la Agricultura Ecológica) y IFOAM (Federación Internacional de Organizaciones de Agricultura Ecológica), hay 43,1 millones de hectáreas en el mundo dedicadas al cultivo ecológico, 2 millones de productores en 170 países y unas ventas que alcanzaron los 55.000 millones de euros. Si reparamos en los datos de consumo interno de alimentos ecológicos, nos encontramos con un mercado pequeño y aunque estamos a la cabeza de Europa en superficie ecológica, exportamos aproximadamente el 75% de la producción. Sabemos por varios estudios que el principal motivo por el que aquí no aumenta la cantidad de productos ecológicos consumidos es el precio.
El español gasta al año sólo una media de 20 euros en productos ecológicos, muy por detrás de los 86 de Alemania, los 210 de Suiza o los 61 de Francia. Si atendemos a los datos de canales de distribución, en Suiza el 90% del producto ecológico se comercializa en hipermercados, en Alemania alrededor del 50%, en Francia en torno al 40%. En España solo un 20% se comercializa en grandes superficies y el 75% en tiendas especializadas. Es lógico suponer que esa tendencia también llegue aquí. De momento, aparte de las tiendas, los mercados y los grupos de consumo, la proliferación de supermercados ecológicos es evidente y también las grandes superficies se hacen eco de esta demanda y ya empiezan a ofertar marcas blancas ecológicas a precios más baratos, que quizá sacrifican cantidad pero no necesariamente calidad. No es el caso de EEUU, donde las marcas blancas sí han bajado su calidad.
Además allí la comida viaja entre 2.500 y 4.000 kilómetros de la granja a la mesa, lo cual supone un gran impacto medioambiental y un enorme gasto energético. En principio las grandes superficies representan un modelo que poco tiene que ver con la cultura ecológica basada en consumo local, de proximidad, responsable, accesible, justo y respetuoso con el medio ambiente. Sin embargo, la presencia de producto ecológico en un canal de venta masivo como el hipermercado, lo expone a un gran número de consumidores, lo da a conocer y, por tanto, influye en la demanda y la opción de compra en todos los canales de venta. Al mismo tiempo, no son pocos los productores que están introduciendo sus productos en estas grandes superficies para llegar a un público más amplio. Las grandes superficies pueden jugar un papel importante y ayudar en esta cuestión proponiendo marcas de distribuidores ecológicos a precios muy similares a los de los productos convencionales. Quizá por esto hoy en día, en Europa, casi un 75% de los clientes de productos ecológicos se abastecen en los hipermercados. El pequeño tendero eco no tendrá más remedio a corto plazo que especializarse ya que, los productos de primera necesidad, la gran superficie los comercializará más económicos.


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