jueves, 24 de agosto de 2017

¿Por qué deberíamos reducir nuestra ingesta de carne?

Aunque el ser humano es un animal omnívoro, hoy por hoy la carne se ha llegado a convertir en el principal ingrediente de nuestra dieta, a pesar de los inconvenientes que plantea para nuestra salud, para la ganadería y para el medio ambiente. 

La carne en general (cada una con sus características particulares), es una fuente de hierro y fósforo, y también contiene vitamina B que pierde cuando se cocina. Apenas contienen hidratos de carbono y fibra, y suele contener un gran porcentaje de grasa, al menos un 20%, así como otro 20% de proteínas. La grasa animal está compuesta principalmente por grasas saturadas y colesterol. Pero el exceso de proteínas en nuestra dieta provoca cambios en la composición de la membrana de las células, y esto da lugar a enfermedades como la gota, la hipertensión, problemas hepáticos, o un aumento del colesterol en la sangre.

Además, para abastecer el elevado consumo del carne en el mundo, las ganaderías malviven en granjas en las que los animales se encuentran con altos niveles de estrés y sufrimiento, inmovilizados, drogados y hormonados.

Por ello, es fácil encontrar en la carne que se consume restos de hormonas tiroideas, masculinas y femeninas, esteroides, toxinas y antibióticos, por no hablar de los 'medicamentos', conservantes y otros químicos utilizados para durante el transporte, almacenamiento y comercio.

También hay que tener en cuenta que la producción de carne es muy cara. Las granjas suponen un gasto muy elevado tanto de piensos (cereales) como de medicamentos (lo que supone gran riqueza para los laboratorios farmacéuticos), a la vez que generan muchos residuos y contaminación. Para alimentar este gran número de ganado, hay que cultivar un gran número de cereales, donde entra en juego la agricultura actual con sus fertilizantes, pesticidas y cientos de compuestos tóxicos que dañan de manera irreparable el medio ambiente. Cuantas más granjas industriales, más habrá que rentabilizar los cultivos, para lo que se utilizará más cantidad pesticidas, fertilizantes y semillas procedentes de manipulación genética. Esto, en definitiva, ejerce un efecto insolidario con los pueblos y naciones cuya subsistencia depende de su ecosistema.

Y sin embargo, 1 Kg de nueces alimenta 6 veces más que 1 Kg de carne, y además su obtención es mucho más sencilla y barata. 

Con esta entrada no queremos provocar un rechazo al consumo de carne, sino un llamamiento a su consumo responsable, necesario y respetuoso. Para pensarselo, ¿verdad?  


 

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