Un planeta de plástico
Los problemas del consumo de plástico, sobre todo de los plásticos de un solo uso, llevan décadas siendo parte de las discusiones de políticas ambientales, pero estos últimos años han sido nuestros océanos los que han vuelto a poner el tema sobre la mesa, dando una voz de alarma casi agónica.
Los océanos nos han devuelto nuestras miserias como sociedad en un vómito de plástico que nos ha dejado primero perplejos y finalmente parece que estamos despertando a la acción. Sabemos ahora que hay una isla de basura plástica flotando entre California y Hawai que tiene tres veces el tamaño de Francia y hemos descubierto este año que es 16 veces más grande de lo que pensábamos y que se incrementa exponencialmente. Sabemos que la pequeña isla Henderson, en el Pacífico Sur, que no está poblada, está cubierta con 38 millones de trozos de plástico. Hasta el 90 % de la basura marina podría ser plástica y además crece sin parar, a un ritmo de ocho millones de toneladas al año.
Saber que, de seguir las tendencias actuales, en 2050 habrá más plástico que peces en el océano es uno de esos hechos que conmueve a una ciudadanía a veces saturada de alarmas medioambientales, y que ha vuelto a demostrar de una manera inequívoca lo que somos capaces (de destruir) como especie.
El uso personal que hacemos de los plásticos repercute directamente en nuestro planeta y en nuestra salud. Conviene preguntarnos si podemos realizar nuestras compras sin usar plásticos, si los productos que compramos están innecesariamente envueltos, si somos capaces de reciclar y sobre todo, de reducir.
Desde Huerta Molinillo apostamos por esa reducción y por eso os pedimos que vengáis a por vuestras ricas verduras utilizando bolsas reutilizables o los carritos de la compra. En eso también reside la ecología.
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